Querido diario:

Estábamos a punto de cenar y alguien tocó a la puerta.
No esperábamos visitas porque aquí no conocemos mucha gente.
Al abrir la puerta una sola pregunta:
-¿Hay niños?
– Si, bastantes – le respondí con una sonrisa de oreja a oreja
.Ella me ha sonreído con los ojos.
-¿Pueden venir a jugar conmigo?
Y pues si, claro, han ido. Pero no he parado de darle vueltas a esa pregunta
-¿Hay niños?

Los niños son una alegría, pero también un regalo para los demás. Y también una necesidad. Si, lo son.
Se necesitan niños porque nadie puede sustituir lo que ellos hacen.
Rejuvenecer y renovar por donde pasan.
Hoy estoy agradecida a esa niña. Me gusta que mis hijos sean regalos. Esa niña ha sido mi regalo de ayer.

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar